jueves, 20 de noviembre de 2008

Reflexión: Venciendo Temores Personales

Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta de que únicamente fra­caso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo y en Dios.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta de que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabidu­ría día a día. Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta cuando vislumbré la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermo­sa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que, al final, siempre hay algo más.

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